Raquel y Ángel de Madrid y Jaén

Hablamos desde la visión de conjunto de dos personas que han llegado a Alpha + desde dos realidades completamente diferentes, pero que han acabado saliendo con un testimonio indivisible que dar.

Me encuentro con la resaca emocional de quien se ha bebido dos vasos de agua fría. Alpha ha sido, en una palabra, descubrimiento. Descubrir de cero a personas increíbles y  redescubrirme a mí y al Espíritu Santo como nunca antes lo había experimentado. Vivir en un mundo de juventud con ideales tan alejados del resto del entorno, a veces dificulta el verdadero encuentro con Dios, y es en éste oasis donde hemos encontrado agua a toneladas, a través de personas.

Una de las cosas que me llevo es el regalo de la alabanza, la oración en la que el Cielo y la tierra se acercan un poquito más de la cuenta y olvidándonos de nosotros mismos podemos  posar los ojos en Dios. A veces me encuentro tan centrada en mi vida, mis problemas, estudios, familia… que pierdo el norte de lo verdaderamente importante. En este sentido  todo a mi alrededor me invitaba a la gratitud, a la alegría y a la esperanza. Llegamos a esta vida frágiles, desnudos, sin nada. Absolutamente todo -desde el mismo don de la Vida- nos   ha sido dado gratuitamente, ¡cómo no vamos a estar agradecidos!

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Personalmente, este campamento llegó a mí apenas dos días antes de comenzar, sin  esperarlo ni merecerlo pero sin duda en el momento que yo necesitaba. Qué bien hace Dios  las cosas, con cuánto amor y paciencia nos lleva y nos trae a dónde sabe que vamos a ser felices.

Compartir lo más puro que tenemos, que son nuestras creencias y el amor que nos regala Dios a cada uno de nosotros, te hace conectar con los demás a niveles inalcanzables en cualquier otro ámbito.

Confiados en el Señor y con una paz inmensa,  estamos ahora adentrándonos en  nuevos comienzos con pasos dubitativos pero firmes y con el corazón encendido por quién  nos llevó a tal encuentro con los demás y especialmente con Él.

Me llevo regalos que si Dios me lo permite, conservaré toda la vida. Somos dos personas que sin buscarlo, se han encontrado; Dios nos ha encontrado.

Solo GRACIAS