Renovarse o morir

¡No recuerdo cuántos años llevamos diciendo que evangelizar es más urgente que nunca! Tantas veces lo hemos verbalizado que puede que nos hayamos acostumbrado a oírlo y ya no despierte en nosotros la alarma que debiera.


Pero la urgencia es real y no se trata de que nos estemos quedando sin gente, o que se vacíen las iglesias… No se trata de números que descienden casi en caída libre, ya que todo apunta a que, si no hacemos algo, pronto veremos esa curva en picado hacia abajo.

 
Se trata de personas y se trata de una relación. Se trata de restaurar una sociedad.


Y es que, esta semana pasada, volvió a caer en mis manos el documento de «Aparecida»:

 
Capítulo 7. “La misión de los discípulos al servicio de la vida plena”. Esta es la razón de la evangelización. Se trata de personas; de vidas que cambian cuando se encuentran con una persona; se trata de ser felices a través de Cristo.

El punto 7.2 concreta mucho más y habla con claridad de “Renovación Pastoral”. Otra frase de moda, pero que choca con la realidad y vemos parroquias fallar cuando quieren poner en práctica la teoría. Y es que no puede haber una Renovación Pastoral si primero no se ha producido una conversión personal de cada uno de los partícipes de esta pretendida renovación, ya que sin conversión lo que esto podría provocar es una guerra de egos dentro de las parroquias en lugar de un trabajar juntos por y para el Señor. 

 

Está claro que cuando pones la evangelización en el centro de la parroquia, cuando le das al Espíritu Santo el lugar que le corresponde y desatas sus alas para que pueda moverse con libertad, la renovación, no solo pastoral sino total, está asegurada. Y ahí sí tendrán cabida los institutos de liderazgo, la revisión de tareas y tantas cosas muy necesarias… pero a su tiempo.


El Espíritu Santo, y por tanto la evangelización, debe ser el sistema operativo de las parroquias. Partiendo de ahí todo lo demás llegará, con o sin ayuda, pero llegará.

Artículo publicado en Religión en Libertad el 13 de julio de 2023. Ver artículo.